La Palabra de Dios que guía: promesa

13 de junio

Introducción

Salmos 78:21–37: la lectura para hoy comienza con la ira de Dios hacia el pueblo debido a su falta de fe. Aunque Dios continúa proveyendo para ellos, el pueblo sigue pecando.

Versículo bíblico para hoy: Salmos 78:25

¡El hombre comió pan de ángeles! ¡Dios les dio de comer en abundancia!

Lectura

21 Cuando el Señor oyó esto, se enojó;
¡su furor, como un fuego,
se encendió contra Jacob!
22 Porque no confiaron en Dios
ni creyeron en su ayuda.
23 Sin embargo, Dios dio órdenes a las nubes
y abrió las puertas del cielo;
24 ¡hizo llover sobre su pueblo el maná,
trigo del cielo, para que comieran!
25 ¡El hombre comió pan de ángeles!
¡Dios les dio de comer en abundancia!
26 El viento del este y el viento del sur
soplaron en el cielo;
¡Dios los trajo con su poder!
27 Hizo llover carne sobre su pueblo;
¡llovieron aves como arena del mar!
28 Dios las hizo caer en medio del campamento
y alrededor de las tiendas de campaña.
29 Y comieron hasta hartarse,
y así Dios les cumplió su deseo.
30 Pero aún no habían calmado su apetito,
todavía tenían la comida en la boca,
31 cuando el furor de Dios cayó sobre ellos
y mató a los hombres más fuertes.
¡Hizo morir a los mejores hombres de Israel!

32 A pesar de todo, volvieron a pecar;
no creyeron en las maravillas de Dios.
33 Por eso Dios puso fin a sus vidas
como si fueran un suspiro
y en medio de un terror espantoso.
34 Si Dios los hacía morir, entonces lo buscaban;
se volvían a él y lo buscaban sin descanso;
35 entonces se acordaban del Dios altísimo
que los protegía y los rescataba.
36 Pero con su boca y su lengua
le decían hermosas mentiras,
37 pues nunca le fueron sinceros
ni fieles a su alianza.

Reflexiona

En la lectura para hoy, ¿cómo sigue proveyendo Dios para el pueblo? Lee otra vez los versículos 34–37. ¿Qué dice el escritor del salmo sobre el comportamiento del pueblo? ¿Qué piensas sobre por qué las personas que experimentaron sus milagros —y juicios— no confiaron en Dios?

Ora

Dios de gracia, provees para nuestras necesidades diarias. Te agradezco y te alabo por tu amor y cuidado continuos, incluso cuando me desvío. Siempre estás listo para recibirme cuando acudo a ti, pido tu perdón y busco reconciliarme contigo. Amén.

Lectura para mañana

Salmos 78:38–51: Dios continúa siendo misericordioso.