¿Por qué el libro del profeta Daniel es especial?

En las escrituras hebreas, Daniel se enumera en la sección de «los escritos». En la traducción griega del Antiguo Testamento de los siglos II y III a. C. (llamada la Septuaginta), se enumera entre los libros proféticos. Daniel ha sido descrito como profecía y como apocalipsis, este último es un tipo de literatura que utiliza símbolos, signos e interpretaciones del significado subyacente de los eventos de la historia actual para describir cómo Dios triunfará sobre sus enemigos y los de su pueblo (véase el artículo titulado «Los escritos apocalípticos»).

Los primeros seis capítulos del libro son una colección de historias sobre Daniel y sus amigos, unos jóvenes judíos llevados al exilio en Babilonia, en donde llegaron a ser importantes funcionarios y donde su fe en Dios fue puesta a duras pruebas. La segunda mitad del libro, que abarca los capítulos 7—12, relata una serie de visiones de Daniel que demuestran el poder de Dios sobre los acontecimientos históricos y brindan esperanza para aquellos que permanecen fieles en tiempos de persecución.

Otro aspecto que hace que Daniel sea especial es que, más de la mitad del libro (2:4—7:28), está escrito en arameo; el resto, en hebreo. No está claro a qué se debe esto, pero es un factor que ha hecho que algunos académicos lleguen a la conclusión de que Daniel fue escrito en una fecha posterior a los acontecimientos históricos descritos en la obra (1—6). Tradicionalmente se piensa que el profeta Daniel recibió la visión descrita en este libro y la puso por escrito durante el tiempo del exilio, siglo VI a. C.

¿Por qué se escribió el libro del profeta Daniel?

El libro de Daniel fue escrito para dar esperanza y aliento al pueblo de Dios. Daniel y sus amigos fueron héroes y modelos para el pueblo judío, porque fueron fieles a Dios al servir a reyes extranjeros, quienes a menudo los perseguían.

¿Cuál es la historia del libro del profeta Daniel?

En varios momentos de su historia, el pueblo judío se vio tentado a alejarse de Dios y a abandonar las prácticas religiosas basadas en la ley de Moisés. Esto sucedió hasta cierto punto mientras vivieron en su propia tierra, pero la presión creció aún más en el tiempo del exilio en Babilonia (hacia 587 al 538 a. C.), cuando los babilonios los obligaron a abandonar sus casas en Palestina y vivir en otras partes del reino babilónico, donde tuvieron que vivir entre gente que tenía diferentes dioses y observaban otras prácticas religiosas. Alrededor del año 538 a. C., Ciro II de Persia conquistó a los babilonios y permitió que los pueblos cautivos volvieran a sus países de origen. Muchos judíos comenzaron a regresar a Judá, el área alrededor de Jerusalén.

Cientos de años más tarde, sufrieron una persecución más severa bajo Antíoco IV Epífanes (quien gobernó entre los años 175-164 a. C.). Sus libros sagrados fueron quemados, el culto en el templo de Jerusalén fue prohibido, se vieron obligados a comer alimentos considerados ritualmente «impuros» y muchos judíos fieles fueron ejecutados.

Estos horribles eventos se describen en los libros 1 y 2 Macabeos, incluidos en algunas ediciones de la Biblia. En las ediciones católicas de la Biblia se incluyen generalmente entre los otros libros históricos, después de Ester y antes que Job y son llamados deuterocanónicos. Las ediciones protestantes de la Biblia que incluyen estos libros los sitúan en una sección llamada «apócrifos», al final de la Biblia o entre el Antiguo y Nuevo Testamento.

A pesar de que los académicos no se ponen de acuerdo sobre cuándo el libro de Daniel fue escrito, la mayoría concuerda en que lo descrito en las visiones se refiere al tratamiento cruel para los judíos por Antíoco IV, quien forzó a los judíos que vivían en Judea a abandonar su fe en Dios.

Los académicos que consideran que Daniel fue escrito durante el exilio (siglo VI a. C.) entienden las visiones del profeta como vaticinios de eventos futuros. Los que concluyen que Daniel fue escrito durante el reinado de Antíoco IV (a mediados del siglo II a. C.) entienden dichas visiones como parte de la experiencia del autor sobre acontecimientos históricos del momento. De cualquier manera, Daniel es un gran testimonio sobre el poder que Dios concede a las personas de fe en tiempos de dificultad y persecución.

¿Cuál es la estructura del libro del profeta Daniel?

Daniel se puede dividir en dos partes principales: Los capítulos 1—6 incluyen historias de Daniel y sus amigos durante el tiempo del exilio babilónico (606-538 a. C.). Los capítulos 7—12 describen una serie de visiones de Daniel y explicaciones de los ángeles sobre ellas.

La siguiente división de Daniel muestra cómo estas historias son agrupadas y organizadas. Tenga en cuenta que la visión final abarca tres capítulos.

  1. Los relatos de Daniel en Babilonia (1:1—6:28)
    Daniel y tres de sus amigos de Judá llegan a ser importantes funcionarios del gobierno de Babilonia, pero su fe es puesta a prueba en varias ocasiones. Ellos fueron totalmente fieles al Señor, hasta el punto de arriesgar sus vidas. Ya sea enfrentando la muerte en un horno de fuego o en un foso de leones o con el desafío de interpretar los sueños del rey, Daniel y sus amigos reciben claramente la ayuda de Dios.

    • Dios está con Daniel y sus amigos (1:1—3:30)
      Daniel y sus amigos prosperan aun negándose a comer la comida del rey y siguiendo solo la dieta aceptable según la ley de Moisés. Promueven a Daniel dentro de la corte del rey después de interpretar el sueño del rey. Dios ayuda a los amigos de Daniel a sobrevivir el horno ardiente.
    • El sueño, la escritura extraña y el foso de los leones (4:1—6:28)
      Daniel interpreta otro sueño de Nabucodonosor y lee el significado de la extraña escritura que aparece en la pared en el banquete de Belsasar. Más tarde, Dios ayuda a Daniel a sobrevivir en el foso de los leones, donde es enviado por no dar la espalda a Dios y no rendir culto al rey Darío.
  2. Las visiones de Daniel (7:1—12:13)
    La segunda mitad del libro registra las visiones de Daniel pertenecientes a una clase de literatura conocida como «apocalíptica» que utiliza símbolos, signos e interpretaciones de la historia para describir cómo Dios triunfará sobre los enemigos del pueblo de Dios. Los nombres de las personas claves y eventos se ocultan en el lenguaje simbólico, pero muchos concuerdan en que las visiones de Daniel son de la época de Antíoco IV Epífanes, el gobernante seléucida que estuvo a cargo de Palestina desde el año 175 al 164 a. C.

    • Dos visiones y una oración (7:1—9:27)
      Las visiones de Daniel de las cuatro bestias, el carnero y el chivo, proporcionan una comprensión de los reinos que controlaban el Medio Oriente antiguo desde el siglo VI al siglo II a. C. Las visiones de Daniel son interrumpidas por la oración del pueblo judío en el capítulo 9.
    • La visión final (10:1—12:13)
      En estos capítulos finales, un ángel transmite a Daniel un mensaje de cuatro partes sobre un conflicto entre gobernantes persas y griegos. Este conflicto —según dice el ángel a Daniel— se llevará a cabo antes de que Dios venga a salvar al pueblo elegido desde del momento de la persecución y a darles vida eterna. El ángel concluye su mensaje invitando a Daniel a permanecer fiel.